Yo comencé a trabajar en comedia en el año 2012. Mientras yo estaba en esas, tenía un montón de amigos que iban armando también sus carreras musicales.
Rawayana era una de esas.
Capaz ustedes no lo recuerdan, pero Rawayana comenzó como una banda de joda “profesional”. Digo “profesional” entre comillas, porque todo su ángulo inicial era la parodia y la comedia pero demasiado bien hecho. Además era obvio, todos en Rawa son cómicos personalmente.
Recuerdo haber estado en una sala de una casa cuando a alguno de ellos se le dio la noticia de que Quicksilver iba a ser patrocinante del primer disco y de la banda en sí. Eso se celebró como si no hubiera mañana. Era la movida más cool del mundo.
Estuve ahí cuando estrenaron su primer disco en Hard Rock Café del Sambil de Chacao, en Caracas y he estado cada vez que puedo donde ellos estén.
Mi relación con ellos va incluso mucho más para atrás. Beto y yo solíamos compartir el mismo club de playa y Tony es el hermano mayor de Álvaro, uno de los amigos más cercanos de mi hermano menor. Todos esos niños que se la vivían en mi casa terminaron siendo Los Mesoneros y Americania. No sé qué coño les metían en las loncheras a esos carajitos, pero terminaron todos siendo unos artistas de nivel élite.
A Fofo lo conocí mucho más adelante cuando tocaba en una banda de amigos que se llamaba “Yo y los otros” y a Abeja es a quién conozco de último pero conectando inmediatamente. Sin olvidar que Rawayana antes contaba con Rodrigo Michelangeli en la batería y en la creación de videos y que Antonio, el papá de Tony tocaba la percusión. Todos muy queridos.
Dato curioso: esos años donde me hice amigo de Abeja fue justo el año donde se puso todo buenmozo y atractivo. Él solía ser un poco más chubby. Cuando posteó en instagram su primera foto adelgazado y guapo, yo como comediante pajúo y “edgy” le escribí “Mierda, qué te pasó? Te dio SIDA?”. Para mí en su momento, comiquísimo. Para su hermana fui lo peor.
Una disculpa a la hermana de Abeja por ese chiste tan pendejo. No es que importe, pero hoy me da cringe y al mismo tiempo me cago de la risa de lo estúpido.
Continúo…
Me pasa igual con Los Mesoneros. Verlos por ejemplo hacer su Auditorio Nacional para mí es tan lógico como surreal. Yo vi a esas personas crecer y nunca tuve la duda que iban a ser gigantes, incluso con sus desaciertos.
Los Mesoneros en el Auditorio Nacional de CDMX
No tengo que explicar que no todo lo que hacen mis amigos es de mi agrado y entre nosotros he sido bien vocal al respecto. Hay discos, movimientos, decisiones que han tomado en su carrera de la que he sido crítico, nunca desde un sitio o estante superior, sino siempre queriendo que (de manera ilusa) no cometan errores. Lo mismo espero de ellos sobre mí.
Por ejemplo, “CLAP” de Rawayana no es mi disco favorito. Lo escuché una vez y creo que más nunca lo busqué. Pero sin “CLAP” no hay “¿Quién Trae Las Cornetas?” y es ahí donde uno se da cuenta como artista que no existe tal vaina como un “desacierto” sino una ruta más larga para llegarle a algo realmente importante.
Igual… a lo que voy: Rawayana en Coachella.
El pasado fin de semana se organizó acá en mi casa un “Watch Party” para ver a Rawa en el stream del festival. Los presentes fueron los hermanos Lara (Manu y Felix), Chris Andrade del reconocido podcast “Escuela de Nada”, César “El Pollo” Élster, una nueva amiga llamada Emiliana, Andrés Lazo mejor conocido como Lasso y mi esposa Oka.
Antes de la historia sobre esa noche, un pequeño resumen de Rawa en Coachella.
Me robé esta foto del IG de Rawa. Sorry
Sublime. Perfecto. 10/10. El escenario, el setlist, los invitados, el discurso. La tarima que carga Rawayana encima es legendaria. Tony y Abeja bailando es clave. Orestes y Fofo llevando el tren a otro nivel y el showmanship que tiene Beto es único. Un frontman de verdad. Sin desperdicio alguno.
Perdón por la palabra “tren” entre un grupo de venezolanos. No lo pensé.
Hasta me emocioné cuando salió Victoria Villarroel. Eso no tenía por qué emocionarme, pero lo hizo.
Esta también.
Mis amigos llegaron todos a eso de las 9PM. La presentación de Rawa era a la medianoche y entre cervezas, doritos y pizzas, comenzamos a nadar en la piscina meada de la nostalgia.
Digo meada, porque ya no vivimos tanto el presente como el pasado. Pasa ya con mi generación y todos los que estábamos ahí pertenecemos a esa peña. Lo que hacemos es mear, mear y mear y no nos salimos nunca a pesar de lo asqueroso.
Todos en verdad tripeando una real bola lo que estábamos por ver. Estudiando y analizando cada movimiento de la banda que lo llevó hasta ese momento y no conversado entre pendejos: Manu es el productor responsable de 4 o 5 temas de ese disco incluyendo “Dame un Break” y “Feriado”, mis dos canciones favoritas del disco y su hermano Felix que es alto músico y entendido de toda la movida. César quien fue el manager y arquitecto de la primera fase (“Nuestra” y “Será”) de La Vida Boheme, Andrés que ya es considerado un veterano de la industria y yo que de alguna manera u otra siempre he estado relacionado con todas la movida musical de Venezuela.
Hasta manager de bandas fui alguna vez, pero esa historia queda para otro newsletter.
Chris capaz era el más ajeno a toda movida porque él andaba en otro peo cuando todo esto estaba sucediendo, pero aún así tiene criterio suficiente para alinearse con todo.
Hicimos todo un recap cronológico de la banda de nuestros amigos hasta llegar a Coachella siempre con el sufijo de “qué bolas Coachella” hasta que nuestra amiga Emiliana preguntó algo que nos dejó un poco fuera de base:
“¿Por qué les impresiona tanto si Rawayana es increíble?”
Era muy jodido responder eso sin ser un mamagüevo y dar todo un contexto histórico de por qué Coachella es tan importante, lo jodido que es llegar ahí, lo difícil que es bookear ese show y lo que eso significa. Pero Emiliana tenía razón: ¿por qué es tan difícil de creer?
Obviamente no es difícil de creer, pero capaz por cómo crecimos, dónde crecimos y debido a la contracción cultural a la que fue sometida Venezuela y que a pesar de eso, hayamos salido una camada de gente que hace vainas arrechísimas a nivel artístico, a uno se le hace mega impresionante. Al mismo tiempo, ese mismo cinismo nos hace llegar a sitios donde no nos permitimos disfrutar ciertos momentos de gloria porque estamos acostumbrados a que no nos sirvan de nada porque en Venezuela lográbamos vainas que considerábamos grandes y al final todos estábamos pelando bola duro.
Justamente por eso no me gusta decirle a mis amigos que me dan orgullo.
El famoso: “Estoy orgulloso de ustedes”.
Me da infinita pena ajena decir eso y cuando alguien me lo ha escrito, sabiendo perfectamente que viene del mejor lugar del mundo (casi siempre) me hace ruido y hasta cierto punto me repele.
Se siente demasiado condescendiente. Ni que yo fuera su mamá.
“Ay… Nacho está orgulloso de mí, gracias!” Pareciera que lo veo desde arriba. No me gusta nada ponerme en ese sitio.
Y ¿saben qué creo? Que es una vaina Venezolana. Pasa mucho al salir de un show. Pareciera que pocos están capacitados para decirle a una persona en su cara que lo admiran sin tener que ponerle un comentario que frene el piropo. Obviamente con sus excepciones. La cantidad de mensajes bonitos que recibo sobre las vainas que hago es abrumadora. Pero creo que entienden mi punto…
Y no es culpa de nadie sino de la circunstancia país. Todos crecimos a la defensiva por estar constantemente siendo coñaceados por la vida que nos tocó.
Yo escucho vainas como: “Coño pana, no pensé que me iba a reír tanto. Sigue echándole que vas a llegar lejos” o “Yo no te conocía, a la que le gusta lo que haces es a mi esposa acá, pero muy bueno”. De bolas que viene de un sitio bonito, pero… se siente raro.
Con otras nacionalidades pasa más el piropo directo: “Amo lo que haces. Gracias por hacerme reír” o “Eres un crack! Gracias!”.
A los que le gusta el podcast siempre les va a parecer que cuando tenemos un invitado yo soy un “jalabola”. Eso pasa porque remueve la inseguridad más candela que tienen ciertas personalidades que les incapacita de decirle en la cara a alguien sin sentirse más pequeño “eres impresionante”. Yo no tengo peo en admitir que si soy expresivo a la hora de agradecer a una persona por sentarse conmigo, darme su tiempo y hacer arte. Se lo digo en su cara sin pena.
Yo puedo decir con todo el orgullo que estoy capacitado de decirle a mis amigos lo fenomenales que son en su cara, sin sentirme menos y siempre desde el sitio de admiración más profundo y genuino del mundo.
Cuando Chris y yo hicimos “Espaditas” en diciembre, tuvimos de invitados especiales a Angelo Colina, Led Varela y Amilcar Rivero. Amigos queridos y comediantes impresionantes. No fue casualidad que cuando diseñamos el show, ellos iban a cerrarlo. Yo quise presentarme de primerito para poder disfrutar de Chris, de Angelo, de Led y de Amilcar en escenario. No puedes fingir un disfrute de tus amigos así. Yo celebro a mis amigos diario y eso debería ser más normal y más común entre nosotros.
Led, Angelo, Yo, Amilcar y Chris en Espaditas.
Si supieran la cantidad de comediantes, músicos y artistas que ODIAN que a sus amigos les vaya bien. Lo resienten casi con psicopatía. Lo odian y muchos hasta lo expresan entre dientes. Y son los que menos se imaginan. Por eso es bastante obvio que no tienen amigos de verdad. Ustedes mismos pueden hacer esa matemática.
Yo por mi lado, desde siempre he disfrutado mucho de mis amigos y les invito a hacer ese ejercicio siempre con los suyos.
Cuando un amigo tuyo o una amiga tuya tengan una victoria personal, profesional, aspiracional… lo que sea, háganselo saber y metan en ese ejercicio la manera de hacerlo. Reconócele lo bueno que es, sus habilidades, sus logros… No te pongas por encima recordándole que te hizo “orgulloso”. Se directo. “Jala bola” sin vergüenza.
Si soy buen amigo, pero tampoco escribir una vaina diferente a todos. Me da flojera y por eso advierto que voy a mandar el mismo mensaje.
Lo curioso y lo irónico de este post es que justamente quiero celebrar a mis amigos y lo que hago es hablar de mi percepción de las vainas. Yo, yo, yo y yo.
Una disculpa por eso, pero al final estamos en mi newsletter y es justamente lo que yo opino la linea editorial de este papel de mentira. Pero para que sepas que lo tengo considerado.
Si esto le llega a mis amigos, no hay nada que no les haya dicho antes. Mi trabajo es lo que es porque estoy rodeado de gente como ustedes siempre.
Orgullosamente jalabola siempre…
Nacho.
PD: Recuerden que me voy de gira y los quiero ver.
Este newsletter es mi mejor descubrimiento en un tiempo que intento volver a la lectura.
Entiendo el sentimiento en cierta forma. Yo soy un Caraqueño bastante joven (cumplí 23 hace unos días y me fui de Venezuela con 15) pero siempre fui muy precoz con mis gustos, descubrí a Lasso muy joven, el sifrirock como a los 13 (2015) fui a Union Rock Shows en la Sadel, descubri Pero tenemos Patria, Isla Presidencial, el Chigüire, Alejandro Hernandez y descubrí la movida de la comedia muy chamito. Los he visto crecer a absolutamente todos y he crecido con ellos. He visto a todas las bandas en Chile y ahora con mi segunda emigrada te vi en Salt Lake City. Es un sentimiento indescriptible, es como si viera a todos mis primos mayores triunfar y un sentimiento muy cabilla. Los amo :)
Es como una especie de sindrome de impostor que vivimos los venezolanos, en el que nos cuesta reconocer que algo nuestro sea arrecho, la historia antigua lo reafirma, y la actual es tan dura y nostalgica que lo potencia. No dejamos de impresionarnos por nuestro exito. Ojala lo que estamos creando afuera (aunque duela) nos reafirme de verdad (y no por ostentar) que realmente “viva Vzla en esta m….” Gracias Nacho